El Ministerio de Antigüedades de Egipto ha transportado el barco solar del faraón Keops, que data de hace unos 4600 años, al nuevo Gran Museo Egipcio que pronto se inaugurará.
Este barco y un segundo hallado a su lado, fueron enterrados en pozos junto a las cámaras funerarias reales, con la creencia de que transportarían a los difuntos al más allá.
La Gran Pirámide, también conocida como la Pirámide de Keops, es la más grande de las tres pirámides de Guiza y alberga la tumba de Keops.
“Después de cruzar las calles de Guiza en un vehículo inteligente, el primer barco del rey Keops, descubierto en 1954 en la esquina sur de la Gran Pirámide, ha terminado su largo viaje hasta el Gran Museo Egipcio (GEM)” decía un comunicado del ministerio.
El ministerio se enorgullece de que el barco solar, de cuarenta y dos metros de largo y 20 toneladas de peso, es “el artefacto más grande y antiguo hecho de madera en la historia de la humanidad”.
Su viaje, en un vehículo especial a control remoto importado desde Bélgica, comenzó a última hora del viernes 6 de agosto y duró diez horas según la agencia oficial de noticias MENA.
Egipto ha promocionado así la próxima apertura del GEM en la meseta de Guiza, hogar de las famosas pirámides, como un importante monumento arqueológico que alberga sus antigüedades más preciadas.
La embarcación, que desde la década de 1960 se exponía en un edificio junto a la Gran Pirámide, fue transportada intacta en su viaje de siete kilómetros y medio, y se convertirá en una de las exhibiciones estrella cuando abra el nuevo museo.
Egipto ha puesto sus esperanzas en una serie de descubrimientos arqueológicos recientes para revivir su vital pero debilitado sector turístico, que ha sufrido múltiples conmociones hasta la actual pandemia de coronavirus.
En abril de 2021, las autoridades trasladaron los restos momificados de veintidós faraones en una ceremonia grandiosa, desde el icónico Museo Egipcio de El Cairo al Museo Nacional de la Civilización Egipcia en el barrio cairota de El Fustat.
En un evento televisado y cuidadosamente coreografiado, el presidente Abdel Fattah al-Sisi saludó a los ataúdes que incluían las momias de Ramsés II y la reina Hatshepsut.